CENU | Centro Educativo Naciones Unidas

Aquieta el corazón y haz que tu espíritu se vincule con Dios en la vida diaria 

La formación espiritual  juega un papel crucial en el desarrollo integral de todo ser humano, y es mejor cultivarlo desde edades tempranas, en niños y jóvenes.  Más allá del aspecto académico, la educación espiritual contribuye significativamente a la formación del carácter, la educación de la voluntad que trae consigo el bienestar emocional y el desarrollo de habilidades sociales.

La formación espiritual ayuda a los niños y jóvenes a construir una base sólida de valores y principios que guiarán sus decisiones y comportamientos a lo largo de sus vidas. Vivir en forma concreta  los valores que inculcan y ejemplifican sus padres, los valores que se profesan y aplican  en su comunidad escolar .

La espiritualidad ofrece una fuente de conexión desde el corazón con Dios, el creador de todo , esa conexión que abre  la posibilidad de ir conociendo nuestro interior,  el microcosmo personal, lo cual produce estabilidad y compasión en momentos de incertidumbre o dificultad. Al aprender sobre prácticas como la meditación, la oración y la reflexión, los jóvenes pueden desarrollar habilidades para manejar el estrés y las emociones, promoviendo un mayor equilibrio emocional y un cuidado delicado y consciente de la salud mental.

Otros de los atributos que ofrece la  formación espiritual en los niños y jóvenes es poder animar a explorar su “yo”  y propósito de la vida. Dios nos creó únicos e irrepetibles y así mismo cada uno tenemos un propósito para lo cual fuimos creados , descubrirlo con  preguntas profundas sobre nuestra existencia;  el primer gran  paso es desconectarnos con todo lo que provoque el  ruido externo y conectarnos con nosotros para poder alimentar nuestra espiritualidad con Dios.

Una sólida formación espiritual promueve la solidaridad  y el respeto  hacia los demás, lo cual es esencial para construir relaciones saludables. Al aprender a valorar lo diversos que somos los seres humanos, se pone en práctica el valor de la compasión, que no es sentir pena por el otro; es hacer algo para minimizar o eliminar la pena que vive el otro.

Integrar la formación espiritual en los centros escolares proporciona toma de conciencia de replantear y reescribir la pregunta:

¿Qué mundo heredarán nuestros hijos? ¿Qué hijos le vamos a dejar al mundo?  El desafío: educar la voluntad y el carácter para poblar el mundo de gente buena.

Por MSc. Raquel Paz Iglesias- Directora General

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JC

MgS. Juan Carlos
Rodríguez Moreno

Rector

  • Abogado, Administrador Educativo.
  • Cuarto nivel en Diseño Curricular por Competencias y Magister en Derecho Constitucional.
  • Tiene veinticinco años de experiencia docente, ha sido Rector en establecimientos educativos particulares de nivel medio y superior en Guayaquil, Samborondón y Manta. 

 

Quienes hacemos la familia Nacionina ratificamos nuestro compromiso de brindar una educación de calidad que inspire el crecimiento intelectual, emocional y social de nuestros estudiantes. Nos esforzamos por crear un ambiente inclusivo y seguro donde cada miembro de la comunidad se sienta valorado y apoyado en su proceso de aprendizaje.

Con las palabras de Kant, filósofo alemán “al alumno no se le deben enseñar pensamientos, sino enseñarle a pensar, si tenemos la intención de que en el futuro sea capaz de caminar por sí mismo”, ratifico nuestros pilares institucionales: EL APRENDIZAJE, LAS EMOCIONES Y EL DESARROLLO FÍSICO. Con dedicación, esfuerzo y perseverancia nuestros niños y jóvenes desarrollarán competencias tanto cognitivas como laborales para hacer uso de su autonomía responsable con una proyección de futuro sobre la base de los estándares internacionales de nuestras certificaciones (IB, Cognia y Cambridge).

Nuestra filosofía promueve una comunidad de aprendizaje que se esfuerza por desarrollar atributos y valores como el respeto, la honestidad, la solidaridad y la responsabilidad y juntos vamos a lograr grandes resultados siempre en beneficio de nuestros niños y jóvenes y lograr que ellos sean ciudadanos de correcto actuar, pensar y sentir.  

Creemos firmemente que entre todos podemos enfrentar los desafíos de los nuevos tiempos y nuestro compromiso para hacer del Naciones Unidas un espacio que fomente un mundo sin fronteras, donde el cielo sea el límite para nuestros graduados. 

¡Bendiciones a todos!