LO QUE LA MANO HACE, LA MENTE LO RECUERDA
Durante mis años como docente he podido comprobar cómo nuestros pequeños llegan de la mano de sus padres los primeros días de clase, llenos de expectación, en ocasiones lloran y en otras se despiden con sus ojitos brillando, toman a su maestra de la mano y avanzan hacia el lugar que los llenará de amor, risas y conocimiento. Buscando un poco de inspiración encontré este quote de la increíble María Montessori: «LO QUE LA MANO HACE, LA MENTE LO RECUERDA», y para mí no hay afirmación más cierta que esta.
Nuestros pequeños aprenden haciendo, aprenden mientras se divierten, y en ocasiones el aprendizaje también los «ensucia», porque el aprendizaje debe ser divertido. Al ser ellos los principales personajes de su proceso de educación, esto la hace aún más efectiva y significativa. ¿Acaso nosotros los adultos no guardamos para siempre en un lugar especial de nuestra mente y corazón aquello que hemos aprendido a hacer por nosotros mismos? Cuando hicimos nuestro primer collar con sorbetes, por ejemplo… Lo recuerdo como si fuera ayer, de hecho, mi padre aún lo conserva, y yo guardo el que hizo mi hijo también.
Para nuestros estudiantes de CENU, aprender no es un motivo de tristeza o desánimo, al contrario, para nuestros pequeñitos nada es más increíble que llegar a sus salones de clases que son verdaderos ambientes de aprendizaje, para descubrir qué nueva actividad han preparado sus docentes con todo el amor del mundo. Aprender a través de la experiencia, que sus manos sean las que se muevan, exploren y creen es parte fundamental de su crecimiento, su creatividad va en aumento y además potencializa sus habilidades y destrezas, con esto, ellos son cada día más independientes, los padres de familia notarán la diferencia entre el niño que dejó el primer día, porque sí que se nota!.
Por Ginger Cruz- Coordinadora de Inicial